“Antes se encendían las velas hasta que se consumían, y las niñas se quedaban dormidas. Se podían quemar sus ropitas… Ha cambiado mucho”.

Anaximandro Hernández sabe bien de lo que habla. Vive en una comunidad de Cajamarca, en Perú, y hasta hace diez años en su casa no había luz eléctrica. Todo cambió con la llegada del proyecto Luz en Casa, que comenzó a desarrollar la Fundación Acciona Microenergía en 2008.El objetivo era que la electricidad arribase a aquellos lugares donde no había y donde su distribución era imposible a través de los canales convencionales, empleando para ello energías renovables. Desde entonces, 16.000 personas se han beneficiado y, como relata Anaximandro, ninguno ha tenido que volver a encender sus mecheros para cocinar o estar bajo la luz de las velas.El proyecto en Perú pronto se amplió al Departamento de Oaxaca, en México. Allí también numerosas poblaciones carecían de energía y había muchas tareas que se debían aparcar una vez llegada la noche. La única solución era utilizar combustibles fósiles como el petróleo, pero su uso propició un aumento significativo de dolencias respiratorios y oculares. El proyecto Luz en Casa en Oaxaca fue primordial.Hasta 25.000 personas se beneficiaron. “Utilizábamos velas, ceras, petróleo, pero ahorita ya no y es muy diferente con la luz. Ya podemos avanzar más en la noche, podemos lavar la ropa, los trastes, hacer la tortilla o hasta embolsar un poco de carbón”, manifiesta Felicitas Contreras.Para los más jóvenes también ha supuesto un gran avance, como indica Zaida del Carmen Acevedo: “Ahora, como hay luz, en la noche podemos hacer nuestra tarea”. Y los datos de los beneficios son elocuentes: un 11% más de los niños han podido incorporarse a la escuela secundaria gracias al tiempo que pueden dedicar a sus estudios.

Una mujer sonríe mientras observa su televisión

Una década iluminando las comunidades más aisladas

El proyecto Luz en Casa no es el único desarrollado por la Fundación. No en vano, desde hace diez años, Acciona Microenergía intenta paliar las problemáticas derivadas de la falta de energía, a partir de programas que facilitan el acceso a la electricidad en las poblaciones más desfavorecidas mediante el empleo de renovables. Cerca de 50.000 personas en diversas comunidades de México y Perú se han beneficiado de ellos.

50.000 personas se han beneficiado de los proyectos implementados por la Fundación Acciona Microenergía

Ahora, además, en Acciona han querido dar un salto. Por ello, el nombre de la Fundación ha mutado al deacciona.org con un notable fin: que no llegue únicamente energía, sino también agua así como servicios de potabilización, depuración y saneamiento de la misma.

“Se trata de desarrollar programas que a medio plazo puedan autofinanciarse para garantizar un acceso sostenible a los servicios. Para ello, se desarrollan modelos adaptados a cada comunidad locales”, sostiene José Gabriel Martín Fernández, director de acciona.org.

El primero de estos programas de agua y saneamiento se realizará en Oaxaca, bajo el nombre EncASa Oaxaca. En él participan el Gobierno de Oaxaca y las agencias estatales para el desarrollo, AECID, en España y AMEXCID, en México, que proporcionarán estos servicios básicos a comunidades rurales de este estado. De momento ya se están diseñando los sistemas sostenibles técnica y económicamente y adaptados a la orografía, clima y costumbres de las diversas comunidades rurales.

El objetivo es que 50 familias de localidades con menos de 500 habitantes tengan acceso a la electricidad, agua potable, saneamiento y a cocinas seguras, y que se complementará con la extensión del servicio eléctrico a otros mil hogares. De dicho servicio ya se aprovechan más de 7.500 familias de bajos recursos de Oaxaca.

Operario instalando un panel solar

Cómo llega la electricidad a lugares remotos

La fórmula para conseguir que la electricidad llegue a estos lugares remotos, donde no existe una conexión a la red convencional, se produce mediante un modelo de microempresa social que provee, a través de sistemas fotovoltaicos domiciliarios, un servicio básico de electricidad que sea asequible a usuarios de muy bajos ingresos.

En la zona peruana de la Amazonía, en la cuenca del río Napo, que está a más de mil kilómetros de Lima, Jessica Olivares, gerente de Acciona Microenergía en Perú y coordinadora del programa Luz en Casa, explica junto a Jorge, el coordinador del proyecto en esta zona, cómo se lleva a cabo, ya que este lugar es otro de los que se ha beneficiado de este proyecto que comenzó en 2016.

“A los beneficiarios se les entrega un kit que consiste en un panel solar y dos lámparas LED incluyendo el convertidor”, indica Jorge. Un centro en la zona también predispone para todos los usuarios de servicios para la atención de incidencias por si se estropea alguno de los equipos, varias personas se encargan a su vez de la gestión de los equipos y hay otro servicio de venta de artefactos compatibles con el sistema.

A los beneficiarios de los proyectos se les entrega un kit que consiste en un panel solar y dos lámparas LED, incluyendo el convertidor

Magne, uno de los habitantes de esta zona y que se dedica a la pesca, reconoce que ha cambiado mucho su situación desde que la electricidad apareció en su vida mediante paneles solares. “Estamos mucho mejor, hay mucha alegría. Nuestra niñez se siente contenta por la tarde, por la noche. Ellos juegan, agarran sus libros. Y por la tarde utilizamos la luz y la gente se siente contenta, se ríen, a veces bailan cuando hay una música”, comenta mientras limpia una de las redes que utiliza diariamente.

Este proyecto en la Amazonía ya se está ampliando a 350 hogares más y en un futuro pretende abarca la cuenca del río Napo.

Un niño señala los paneles solares instalados en el tejado de su casa

Cumplir con los objetivos de Desarrollo de la ONU

En el mundo existen en la actualidad hasta mil millones de personas que no tienen acceso a la electricidad, 600 que carecen de agua potable, 2.000 millones que no poseen instalaciones de saneamiento y hasta 3.000 millones que utilizan métodos no seguros para cocinar. Son datos de la Organización de Naciones Unidas, que se ha marcado una serie de objetivos –los Objetivos de Desarrollo de la ONU– para paliar esta problemática.

El no acceso a la electricidad ni al agua potable origina enfermedades diarreicas por la ingesta del agua contaminada y hasta dos millones de personas mueren cada año debido a estas dolencias, según la ONU.

Muchas de ellas también desarrollan otras patologías de tipo pulmonar y ocular debido a los humos que genera la combustión procedente de los métodos precarios de iluminación y cocinados. Combustibles como el carbón vegetal, el estiércol, el queroseno o la leña sin las adecuadas instalaciones de ventilación provocan hasta cuatro millones de muertes prematuras cada año.

Cada año, dos millones de personas mueren debido a la ingesta de agua contaminada

Con la implantación de estos programas, acciona.org pretende ayudar a cumplir con los Objetivos de Desarrollo de la ONU facilitando el acceso a los servicios básicos a las comunidades más desfavorecidas. De ahí que se implemente el servicio de la luz eléctrica con el del agua potable. Para que cuando se pregunte a los niños que viven en estas zonas si están contentos con que ahora puedan disponer de luz y agua potable, la respuesta sea la de una sonrisa.

FUENTE EDCREATIVO